Nos cuenta la historia de una familia conformada por los esposos y la hija, retornan de celebrar una cena de acción de gracias, hacen una parada en una zona de descanso y la niña cae en una zona en construcción, Estos ponen rumbo al hospital y, tras varias horas de espera, por fin logran que les atiendan. La madre parte junto con la pequeña y un doctor para una tomografía del cerebro. El padre agotado se queda dormido esperando los resultados , cuando despierta, comienza la peor de las pesadillas, ya que nadie en el hospital, recuerda haber visto a su familia, ni existen datos ninguno de que su hija haya ingresado en él.

Esta trama no revoluciona la escritura de guiones, en realidad trata un tema tan trillado como el de un padre al que le desaparecen seres queridos y sus esfuerzos para encontrarlos de nuevo, al momento que lo tildarán de loco, como por ejemplo vimos con Jodie Foster en Plan de Vuelo, el espectador avispado se olerá los compases finales desde el mismo momento del accidente, pues incluso en momentos dan algunas pistas que luego entenderás, pero esto no importa mucho porque el director sabe llevar el ritmo de este thriller psicológico para que sea entretenido, entregándonos más de 1 hora y media de buen suspenso, del cual podemos salir satisfecho de los hechos y razones mostrados en esta producción.